lunes, 13 de marzo de 2017

LA ENERGÍA NECESARIA

De sobra es conocida la postura de cualquier comunista, y de quien quiera describirse políticamente como de izquierdas, al respecto de la necesidad urgente de nacionalizar las empresas energéticas para asegurar que un sector tan básico para la economía no sea un negocio multimillonario repartido entre unas pocas manos y para asegurar el abastecimiento del servicio a todas las personas. Esta cuestión es vital, urgente y necesaria. Tristemente éste es un debate alejado de cualquier medio de comunicación, obviado incluso en el debate ideológico de la llamada "nueva política". Sólo se trata el tema de la energía en los medios por oleadas, cuando, manejadas por las famosas manos invisibles del mercado, las empresas eléctricas tienen que tomar la triste decisión de subirnos el recibo de la luz por cuestiones muy alejadas de sus propios intereses, no vaya a ser que sus beneficios no sean tan altos como esperaban. Y las únicas ideas que se le ocurren a quienes han desterrado a la izquierda del panorama político son cosas como pedir a las eléctricas "treguas invernales" para acabar con la "pobreza energética". Obviando el insulto lingüístico que supone este concepto, la nueva política es incapaz de ver algo tan básico como que el suministro de la energía es una necesidad permanente, no estacional.

Más allá de todo esto, otro asunto directamente relacionado, y éste sí muy debatido y siempre muy mediático y parcializado, es la cuestión del modelo energético que necesitamos, es decir, de dónde debemos obtener la energía que consumimos: ¿debemos mantener las centrales nucleares? ¿Podemos utilizar únicamente las energías renovables? Y es que no podemos caer en discursos que de cara a la galería son perfectos pero que nada tienen que ver ni con la ciencia ni con la realidad.
Quizás la mayor razón por la que la energía nuclear tiene esa inmortal mala fama es que tendemos a asociarla a ciertos momentos históricos como las bombas que Estados Unidos lanzó los días 6 y 9 de agosto de 1945 sobre Hiroshima y Nagasaki, o accidentes nucleares como el de Three Mile Island en 1979, el de Chernóbil en 1986 o el de Fukushima en 2011. Quizás es interesante resaltar unos datos normalmente obviados sobre estos accidentes nucleares comparado con otros dos datos que, aunque sus causas reales y de fondo sean apenas sea tratadas, nos quedan mucho más cercano:
•El accidente de Three Mile Island no causó ninguna víctima mortal.
•En Chernóbil las víctimas mortales ascienden a, según un informe de Greenpeace, 200.000 personas . En Fukushima el accidente nuclear no dejó ninguna víctima mortal.
•En España, según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente, sólo en el año 2014 murieron 30.000 personas prematuramente a causa de la contaminación. Esta cifra sube hasta las 520.000 víctimas en toda la Unión Europea .
•En el mundo son seis millones y medio de personas las que mueren de forma prematura a causa de la contaminación causada por el uso de energías fósiles. Más de la mitad de estas muertes son causadas por el uso de queroseno y biomasa  en las zonas más pobres del mundo. El resto, tres millones, es a causa de la contaminación en las grandes ciudades. 

Es decir, en un solo año mueren sólo Europa más personas a causa de la contaminación que en toda la historia de las centrales nucleares. Y éste no es un dato puesto como curiosidad, sino porque es imprescindible saber que sin centrales nucleares sería necesario generar energía de otras maneras mucho más peligrosas tanto para el medio ambiente como para la salud pública, es decir: utilizando combustibles fósiles como el carbón o el petróleo. Un ejemplo de las consecuencias que supondría este modelo energético, está en el hecho de que  en Alemania, tras sus planes cerrar todas las plantas nucleares, se prevé que las emisiones de CO2 aumenten en 32 millones de toneladas con un parque automovilístico 100% eléctrico debido a la necesidad de generar energía a partir de fósiles .
A esto podría contraponerse que las energías renovables podrían cubrir las necesidades energéticas, pero sería un argumento, cuanto menos, sesgado. Porque si bien es cierto que las renovables son una fuente alternativa, hoy en día se quedan en eso: en una alternativa compatible pero no sustituible por dos razones fundamentales: por una parte, porque para que las renovables generen la energía que necesitamos dependemos de condiciones climatológicas (que haya viento o que llueva lo suficiente, por ejemplo) que no siempre se dan. Por otra parte, porque hoy por hoy es imposible almacenar la energía sobrante que puedan generar. Es decir, que un servicio tan básico como es el suministro de energía podría quedar suspendido en cualquier momento.

Podríamos "guardar" la energía no consumida, sí, pero a muy pequeña escala: podría construirse una batería que lo haga. Pero, por poner un ejemplo, en China existe la batería más grande actualmente creada. En términos mundanos, ocupa lo mismo que un campo de fútbol, y es capaz únicamente de dar energía  a 60 hogares durante 24 horas , obviamente insuficiente para las necesidades reales de la población. 

Otra manera existente de almacenar la energía sobrante es mediante centrales hidroeléctricas de bombeo. Esta forma de almacenamiento consiste en la construcción de embalses con dos niveles: desde un nivel inferior se bombea agua hacia un nivel superior mediante una turbina durante las horas de bajo consumo con la energía  que no está siendo utilizada o mediante una instalación de energía anexa (un parque eólico construido a tal efecto, por ejemplo), de forma que en el nivel superior es donde se almacena la energía en forma de agua. Durante las horas de mayor consumo eléctrico la central funciona como una hidroeléctrica . Pero por sus características, por su necesidad de almacenar agua en dos niveles diferentes tiene un problema importante, y es que debido a las características geográficas del terreno en el que se construya la central, ésta no puede ser construida en cualquier lugar. También su construcción y mantenimiento son caros, lo cual no significa que no sea un sistema válido y ampliamente utilizado (aunque, al menos de momento, es insuficiente para cubrir nuestras necesidades energéticas). En España este método ya es ampliamente utilizado y existen 24 centrales en funcionamiento .Todo esto significa que una probable transición a energías 100% renovables es, a día de hoy, completamente imposible de realizar. 

Por otra parte, existen ciertos mitos sobre las centrales nucleares que es necesario aclarar, como el de la "vida útil" de las centrales o el tratamiento de los residuos.
Durante muchos años desde ciertos sectores se nos ha inculcado la idea de que una central nuclear sólo puede funcionar durante 40 años. Esta premisa es falsa, aunque está basada en algo real: cuando diseñaron las primeras centrales calcularon el tiempo necesario de funcionamiento para amortizar la inversión y hacer la central rentable. Al mismo tiempo, se desconocía cómo se debilitaría la vasija  en el cual están contenidos el núcleo, el reflector, parte del refrigerante y otros componentes) por la radiación. Se hizo una estimación de unos 50 años, por lo que de forma conservadora se fijó la cifra de 40 años. Es decir, 40 años el mínimo tiempo que debería funcionar una central para ser rentable, pero no su tiempo máximo de funcionamiento. Los ensayos realizados en las muestras que se extraen de las vasijas demuestran que sufren con la radiación pero mucho menos de lo esperado. Este argumento del ciclo de vida es el más utilizado para evitar que la central de Garoña se reabra. Pero no olvidemos que para poder hacerlo ha tenido que pasar una inspección para que pueda funcionar. Dudo mucho que los técnicos que han llevado a cabo esta inspección sean unos psicópatas que quieran matarnos a todos. Aun así, Garoña aún debe implementar una serie de mejoras (ya incorporadas por el resto de centrales españolas tras el accidente de Fukushima).
El otro mito existente es el relacionado sobre los cementerios nucleares. Los contenedores en los que se guardan los residuos han sufrido toda clase de pruebas de resistencia. Una de ellas sin quererlo: Fukushima tenía contenedores en seco y sufrieron el terremoto y posterior tsunami sin ningún deterioro. El combustible está en una atmósfera de helio y se refrigera por circulación natural de aire, sin necesidad de alimentación eléctrica. Tienen blindaje biológico, es decir, que podemos acercarnos a ellos sin peligro porque la dosis es despreciable. (Información proporcionada por @OperadorNuclear)
Con todo esto no se pretende hacer apología de la energía nuclear ni despreciar las renovables. No podemos demonizar un modelo para sacralizar otro: la información es imprescindible y no es necesario ser un experto para tenerla. Y en todos nosotros está avanzar para que el sistema energético sea el mejor posible, con las máximas condiciones de seguridad y eficiencia: invertir en investigación es vital en éste y otros asuntos, porque la transición completa hacia las energías renovables es algo que tarde o temprano se dará, pero mientras no sea viable la convivencia entre la energía nuclear y las renovables es imprescindible. Por eso necesitamos con urgencia invertir en investigación pública para tener servicios públicos de calidad. No nos podemos permitir desde la izquierda caer en posiciones acientíficas y dejar en manos de la derecha el discurso racional.
  La biomasa es aquella materia orgánica de origen vegetal o animal, incluyendo los residuos y deshechos orgánicos, susceptible de ser aprovechada energéticamente. Las plantas transforman la energía radiante del sol en energía química a través de la fotosíntesis, y parte de esta energía queda almacenada en forma de materia orgánica. (Ver http://www.plantasdebiomasa.net/que-es-la-biomasa.html).
  Ver http://www.elmundo.es/salud/2016/06/27/577147fd268e3e561f8b4608.html

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